El dolor de espalda es una de las razones más comunes por las que las personas buscan atención médica o faltan al trabajo. Puede variar desde un dolor muscular hasta una sensación de ardor o dolor muy agudo o punzante, y en algunos casos, el dolor puede extenderse hacia la pierna. Agacharse, girarse, levantar peso, estar de pie o caminar pueden empeorarlo.
En la mayoría de los casos, el dolor de espalda mejora progresivamente en unas pocas semanas con tratamiento en casa y medidas de autocuidado. Sin embargo, hay situaciones en las que debes consultar con un médico. Algunas señales de alarma incluyen:
– El dolor de espalda dura más de algunas semanas.
– El dolor es intenso y no mejora con el descanso.
– El dolor se propaga a una o ambas piernas, especialmente si se extiende por debajo de la rodilla.
– El dolor de espalda provoca debilidad, entumecimiento u hormigueo en una o ambas piernas.
– El dolor de espalda está acompañado de una pérdida de peso inexplicada.
En casos poco frecuentes, el dolor de espalda puede ser indicativo de un problema médico grave. Debes buscar atención médica de inmediato si experimentas problemas de vejiga o intestino nuevos, fiebre o si el dolor aparece después de una caída, un golpe en la espalda u otra lesión.
Para prevenir el dolor de espalda, es importante mejorar el estado físico y aprender a utilizar correctamente el cuerpo. Algunas medidas que puedes tomar incluyen:
– Realizar ejercicios aeróbicos regulares de bajo impacto, como caminar, andar en bicicleta y nadar.
– Fortalecer los músculos del abdomen y de la espalda para acondicionar el tronco del cuerpo y proporcionar un buen soporte a la espalda.
– Mantener un peso saludable.
– Dejar de fumar, ya que fumar aumenta el riesgo de dolor en la parte baja de la espalda.
-Evitar movimientos de rotación o distensión sobre la espalda y mantener una buena postura al estar de pie o sentado.
Recuerda que esta información es general y no reemplaza la consulta médica. Si estás experimentando dolor de espalda, es recomendable que consultes con un profesional de la salud para obtener un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado.
